Bajo esta falance se presentan también espíritus que en su último pasaje terrenal tuvieron una vida dedicada a la unión familiar, el empuje y la valoración de los principios que componen la misma, buscando la armonía principalmente en la pareja, siempre y cuando exista verdadero sentimiento de ambas partes. Su imagen es casi siempre asociada a la maternidad, posee el don de fertilidad, también protege a las mujeres que quieren embarazarse, siendo su responsabilidad cuidar tanto de los fetos en gestación como a las criaturas recién nacidas, hasta una edad cercada a los dos años. Es por lo tanto la Madre, aquella que protege, nutre y cura, es la mujer en toda su plenitud. Con serenidad luchan por la concordia de la familia universal, enlazándola con dulzura y afecto verdadero. Por esta razón su simbología es el corazón y la paloma blanca, quienes nos indican la existencia de un fuerte amor y esperanza con todos los significados místicos que traen consigo. Dentro del sincretismo religioso, con respecto a la iglesia católica, existe una identificación con diferentes vírgenes, ya que como es de conocimiento general existen diferentes nombres de santos católicos que se diferencian únicamente por el lugar donde se hicieron presentes, pero sus características o misiones fueron similares. De modo que normalmente es identificada con Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, La Virgen de Fátima, la Virgen del Rosario, la Inmaculada Concepcion.- El color amarillo es el que la identifica y prevalece en todos los axes y el elementos que le son ofrendados. Por esta razón su elemento mineral es el oro, que significa la pureza y la seguridad. Las flores como lirios y crisantemos, representan la sensualidad de estos espiritus, el perfume represente el candor y la elegancia.