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Bara

Como Olofi lo había previsto, nuevos Orixas empezaron a apareces en la tierra. Con la creación de los ríos, la Orixá Oxum, quien es la patrona de todas las aguas de estos y particularmente del rió que lleva su nombre, hizo su aparición. Al mismo tiempo surgieron los Orixas Obá y Oyá. La primera se convirtió en la patrona del rió que lleva su nombre, mientras Oyá era la patrona del rió Níger (Odo Oyá en Yoruba). Olofi otorgo a Oxúm la posesión del oro y el patronato del amor y el matrimonio. A Obá la hizo patrona del hogar, Mientras que a Oyá le otorgo los vientos y también la hizo guardiana de los cementerios. Mientras Obatalá, de quien se dice tiene veinticuatro aspectos, algunos femeninos, consiguió una nueva esposa llamada Yemmu (de acuerdo a la tradición, Yemmu es uno de los aspectos femeninos de Obatalá)De la unión de Obatalá y Yemmu nació un hijo que llamaron Ogúm. Cuando este creció se convirtió en el Orixá que gobierna todos los metales, especialmente el hierro. También quedo asociado con los bosques, donde se dice que pasa la mayor parte del tiempo. También en los bosques, de 

​descendencia incierta nacieron los Orixas Ode-Otim, Ode patrono de la cacería, el y Ogúm se hicieron grandes amigos fieles y tuvieron innumerables aventuras juntos. La mayoría de estas aventuras fueron compartidas por un tercer Orixá, el temible Bara, quien es uno de los mas pintorescos e importantes de los Orixas.Hay muchas leyendas acerca del origen de Bara, De acuerdo a la más popular, en un tiempo él fue un joven príncipe, cuyos padres eran el rey Oquiboru y su esposa Anaqui.

Un día Bara decidió continuar una expedición de caza con sus amigos. Habían estado cabalgando por un tiempo, cuando repentinamente el príncipe vio que aparecían tres ojos brillando en la distancia. Detuvo la cabalgata y ordeno que lo esperaran mientras iba a investigar las extrañas luces. Cuando se acerco mas observo que las tres luces emanaban de un coco (obí) seco. Recogió el raro objeto y lo llevo al palacio de su padre. Pero cuando lo mostró a sus padres ellos no se impresionaron. El mismo Bara pronto perdió interés en el coco y lo tiro despreocupadamente detrás de una puerta. Tiempo después el rey hizo una fiesta, y luego de que todos los incitados llegaron, el coco empezó a emitir las mismas luces extrañas que a Bara tanto le habían llamado la atención. Aterrorizados por lo sucedido todos los invitados huyeron del palacio. Tres días después Bara murió.

El coco, abandonado detrás de la puerta, continuo brillando por un tiempo pero igual dejo de emitir sus extrañas luces, Casi al mismo tiempo, el reino de Oquiboru empezó a perder su prosperidad, el hambre y la pobreza pronto cubrirían sus tierras con un manto de desesperación. El rey ordena a los sacerdotes que investigaran el fenómeno y luego de muchas consultas con sus oráculos concluyeron que los problemas eran causados por el abandono del coco encontrado por el fallecido príncipe, Cuando fueron a buscar el Obi, encontraron que este se había podrido y estaba medio comido por los insectos. Después de algunas consultas adicionales, los sacerdotes le dijeron al rey, que el coco debía ser reemplazado por una piedra, un símbolo de prosperidad más duradero y estable. Por consiguiente, el coco fue removido y se puso una gran piedra en su lugar detrás de la puerta, Poco después el reino retorno a su anterior gloria. Esta historia enfatiza la importancia que las piedras (Otá) tiene como símbolo de los Orixas. En otra leyenda sobre el origen de Bara se dice que el es hijo de Alabwanna, identificado también como la "Anima sola", que se considera un alma perdida en busca de iluminación. Según la historia, poco después que creció como para cuidarse a si mismo, el travieso Bara encadeno a su madre de pies y manos y salió al bosque en busca de aventuras. Hay otras historias concernientes a Bara y su nacimiento, incluyendo en la que se dice que es hijo de Oyá, pero en realidad los orígenes de este Orixá son vagos, todo lo que se sabe en realidad es que apareció un día completamente crecido y listo para la acción y que los Orixá le muestran un gran respeto mezclado con dosis de temor. Bara sin reparar en su incierto origen tiene el poder de cruzarse en el camino de cualquiera, incluyendo en el del poderoso Obatalá. Entre los yoruba, Bara es conocido también como Exú o Elegbara. De a cuerdo a sus leyendas, el fue uno de los compañeros de Oddudúa cuando Ife fue creada inicialmente. Después se convirtió en ayudante de Orunmila en el sistema de adivinación conocido como Ifá. Se dice que llego a ser el rey de la ciudad de Ketu, donde aun es venerado por sus habitantes. Para los yoruba, Bara tiene grandes poderes fálicos y puede dar o quitar virilidad de cualquier hombre. También es una deidad contradictoria con muchas cualidades disparejas, a veces benéficas y otras malévolas. En Brasil, donde se conoce mejor como Esú, ha sido sincretizado con el diablo. En la santería Cubana, el Orixá conocido como Eleggua.En contraste con su contraparte Brasileña, el Eleggua de Cuba ha sido sincretizado con varios Santos Católicos, tales como San Antonio, uno de los más puros y milagrosos. Esta curiosa identificación tal ves se deba ha que Eleggua al igual que San Antonio s capaz de realizar milagros y de solucionar los problemas mas difíciles, pero en su aspecto negativo puede causar estragos, y a menudo esta ocupado causando problemas para los incautos. Estos aspectos contradictorios del Orixá son vistos en la Santería como parte de su naturaleza ambivalente. Bara es identificado con el destino, que a veces nos trae alegría y otras dolor, El es sobre todo un gran campeón de la justicia, se deleita al castigar a los culpables y recompensar a los inocentes. Hay innumerables leyendas sobre Bara. De hecho a menudo aparece en las leyendas de los demás Orixas. Esto se debe a que el esta en todas partes, en los bosques, detrás de las puertas en los cruces de caminos, el mar y campos abiertos. Se dice que tiene veintiún aspectos y un nombre diferente para cada uno, además de trabajar con un Orixá diferente.

Leyenda

Es amigable con todos los Orixas porque valoran su amistad y por una muy buena razón, como será visto en la siguiente historia.
Poco después que los asuntos de la tierra habían sido resueltos. Olofi se enfermo con una extraño mal que agotaba todas sus fuerzas y debilito sus poderes. Uno por uno llamo a todos los Orixá para ver si podían usar algo de el Asé que les había dado , para 
ver si podían curarlo de su enfermedad, primero llego Orunla con el sistema de adivinación de Ifá para tratar d determinarlo que afligía a el creador. Pero hasta el oráculo divino resulto inútil contra el extraño mal. Obatalá lo intento después y luego Sapanna seguido por Iemanjá y Oyá, pero todo fue en vano. La persistente enfermedad continua consumiendo al creador. Desconcertados por su incapacidad de curar a Olofi, y entristecidos por su condición cada vez peor, los Orixas se sentaron junto al creador para meditar cual seria la siguiente acción a tomar. Mientras estaban sentados consultando, golpearon en la puerta. Obatalá se levanto para responder, pero antes de llegar a la puerta esta se abrió fuertemente y apareció Bara "Oí que Baba estaba enfermo y vine a curarlo" (dijo con una sonrisa) Se que piensan que soy muy joven e ignorante para ser consultado cuando hay problemas, pero quiero demostrarles lo equivocados que están" Mostró una insolente sonrisa abierta a los pasmados Orixas y se pavoneo a través de la habitación hasta la cabecera del creador. Obatalá fue el primero en recuperarse de la sorpresa, Haciendo una señal a los demás para que permanecieran en silencio, inmediatamente se hizo al lado de Bara "Por favor Baba, perdona la impetuosidad de Bara" Dijo al creador. "Solo es un joven, pero tiene buenas intenciones, haré que se retire enseguida" "Bara volteo rápidamente hacia el. no necesito que defiendas mi caso", dijo bruscamente a Obatalá" Y respecto a marcharme, no lo haré hasta que Baba este curado" Olofi se sentó en la cama con gran esfuerzo y levanto una mano. "Obatalá" dijo" tú y los otros Orixas trataron de curarme y no pudieron. Aprecio tu interés, pero creo que todos mereces una oportunidad, Deja que el muchacho lo intente. Después de todo, pudo haber aprendido cosas vagando por el bosque, cosas que nosotros no sabemos. Déjenme con el, los llamare si los necesito". Renuentemente los Orixá mayores se pararon y salieron de la habitación. Tan pronto como quedo solo con el creador, Bara metió la mano en la mochila que siempre cargaba y saco un manojo de hierbas frescas" Aquí esta tu cura Baba", dijo" las triturare en agua y tan pronto te las hallas tomado estarás bien, sintiéndote mejor que antes de enfermar". Minutos después los Orixas que estaban esperando ansiosamente alrededor del la puerta, oyeron que Olofi los llamaba. Entraron a la habitación, esperando encontrar al creador enfermo, y a Bara castigado por su insolencia, en lugar de eso, vieron a Olofi parado orgullosamente erecto, irradiando buena salud y majestad, Con un brazo afectuosamente puestos sobre los hombros de Bara. Él les sonrió paternalmente "mis Hijos", dijo, "Mi viejo instinto no me fallo". Bara efectivamente tenia la cura para mi enfermedad, obviamente aunque ninguno de nosotros lo sabia el ha adquirido gran sabiduría. Puede ser joven, pero ciertamente ha alcanzado su mayoría de edad. Quiero recompensarlo por su oportuna ayuda. Desde ahora el será el primer Orixá honrado en todas las ceremonias. Él es el guardián de todas las puertas y caminos. Sin su permiso no puede ser realizado ningún trabajo, grande o pequeño. Hónrenlo ahora incluso como yo mismo lo hago "Luego saco una llave de oro y se la dio a Bara para significar su protección de las puertas. Es, meritorio de Bara que no saboreara su triunfo ni intentara humillar a los otros Orixá por sus fracasos. Siendo sabio mas allá de sus años sabia que lo mejor era ser amigable con sus mayores. Y loa otros Orixas viendo su amable y humilde actitud, con mucho gusto aceptaron la orden de Olofi. Hubo mucho regocijo en el palacio de Olofi por su recuperación, y desde ese día en adelante. Bara tomo su legitimo lugar entre los Orixas.

Leyenda

Hay una manera hábil de obtener un favor de Exu.Es preparándole un golpe mas astuto que los que él mismo prepara.....​

Cuentan que  Aluman estaba desesperado con una gran sequía.Sus campos estaba áridos, la lluvia no caía.Su ganado lloraba de tanta sed y los ríos estaban cubiertos de hojas muertas, caídas de los árboles.Ningún orixá invocado escuchó sus quejas y gemidos.Aluman decidió, entonces, ofrecer a Exu grandes pedazos de carne de chivo.​
Exu comió con gran apetito de esta excelente ofrenda.​
Solo que Aluman había temperado la carne con un condimento muy picante.​
Después de comer, Exu tuvo mucha sed.Una sed tan grande que toda el agua de todas as jarras que Aluman tenia en casa, y que tenian, en sus casas, los vecinos, no fue suficiente para matar la gran sed de Exu!​
Exu fue a la llave de la  lluvia y la abrió sin pena.​
La lluvia cayó del cielo.Cayó de día, de noche,  sin parar.Cayó al otro día y al otro día,  sin parar.​
Los campos de Aluman se tornaron verdes.​
Todos los vecinos de Aluman cantaron a su gloria.​
Su ganado hacia gárgaras con el agua y se bañaban,​
El río corría velozmente para no desbordar!​
Aluman, reconocido, ofreció a Exu carne de chivo con el tempero​
en el punto justo de pimienta.​
Había llovido bastante. Pero, seria desastroso!​
Pues, como en todas las cosas, lo demás es enemigo del lo bueno.

Leyenda 

 La siguiente leyenda habla sobre una de las raras instancias en las cuales Èsú consultaba a Òrúnmìla.​

Cuando Èsú concluyo sus planes p0ara seguir a los Òrìsà a la tierra, fue a consultar a Òrúnmìlà. Èste le aconsejó que realizara sacrificios a su propia alma, es decir así mismo, para evitar enfrentamientos que Èl no iba a poder dominar. Tenía que servir a su alma con un cabrito, porque al ser Èsú el dueño del dinamismo y el movimiento, toda ofrenda para que sea efectiva y llegue a destino, es necesaria la intervención de Èsú, y aún Él mismo, debe hacerse ofrendas. Èsú se pregunto si había alguna fuerza en el Òrún (Cielo) y en  Aiyé (Tierra) superior a Él. Se burló de Òrúnmìlà y se rehusó a realizar el sacrificio.​
Después de eso, partió rumbo a la Tierra, con ladetermiunación de destruir cualquier divindad o mortal que se atreviera a cruzarse en su camino para entorpecerlo.​
Al llegar al mundo se estableció un campo y lo cultivó. Pronto comenzó a dar sus frutos, antes que los campos de los demás.​
El hecho de que su campo fuera el primero en dar frutos, otros comenzaron a robar de su campo. Èsú, sin embargo , se pregunto quién podía tener el coraje de robar su campo. Sin saberlo, era su propio homologo primigenio el Òorì (cocodrilo), quien le estaba robando.​
Òorì tenía varios hijos y también había sido aconsejado, anteriormente, de servir a  Èsú con un cabrito. Además, Òorì fue aconsejado de preparar un fiesta para los niños pequeños, lo cual hizo, mientras seguía a dar un cabrito a Èsú​
Èsú  se dedico a investigar, y cuando descubrió la ruta que el intruso tomaba para robar en su campo, tendió una trampa en ella. Durante la próxima visita que realizó  Òorì al campo de Èsú , cayó en la trampa que estaba preparada. Cuando se dió cuenta que era una trampa muy fuerte, decidió no poner ninguna resistencia.  Se quedó inmovil en la trampa en la que había caído. A la mañana siguiente, Èsú partió para ver su trampa.    Cuando vió que el que había caído en ella era Òorì, lo acuso de ser el ladron que solía robar de su   campo.  Òorì se quedó callado porque las moscas ya estaban volando al rededor de él.​
Èsú levanto un misil y se lo arrojo a Òorì, astutamente este pretendió hacerse el muerto. Caundo no hubo más movimientos, Èsú supuso que estaba muerto. Sin embargo, cuando Èsú avanzó para dopblar el arco de la trampa , para poder remover a la víctima de ésta, Òorì se apode´rò del machete de Èsú, y lo arrojo lejos, y en ese momento se entrelazaron. Durante la lucha que siguió, arrancaron la trampa. Òo´rì trato de tirar a Èsú dentro del agua , mientras Èsú trato de empujar  a Òorì devuelta a la tierra. Después de una larga lucha, los niños a los cuales Òorì habìa realizado una fiesta, olleron por casualidad , los gemidos de los gigantes, y estaban curiosos por averiguar que era lo que sucedía. Cuando los niños, eventualmente vieron quien estaba peleando con su benefactor , se metieron dentro de los ojos de Èsú. Como Èsú comenzo a utilizar sus manos para alejar   a los niños de sus ojos, Òorì tuvo la oportunidad  de meterse en la profundidad del río. Pues, escapo de la ira de Èsú, quien después de recuperar su machete regresó a su casa abatido.

                  Èsú Al llegar a su casa, le pidió a su hijo, "falsedad", que le traiga agua para beber. Cuando el hijo no apareció a tiempo con el agua, Èsú le pego en la cabeza y el hijo murió instantaneamente. Fue en ese instante que Èsú recordó del sacrificio que oportunamente Òrúnmìlà le había aconsejado realizar. Con retrazo finalmente realizó el sacrificio a su propia alma, es decir así mismo.​
El Odu de Ifa EJIOGBE nos dice acerca de la importancia del sacrificio lo siguiente:​
Para aquel que vino del Cielo a la Tierra con su ofrenda en las manos su camino no fue oscuro, para aquel que llegó a la Tierra con su ofrenda en las manos su caminar fue seguro.​
En ese Ifá tomado del odu Ejiogbe, manifiesta cómo Esu lo ayudó a convertirse en el rey de los olodús gracias al sacrificio que este realizó por prescripción de la adivinación. El Ese del que hablamos nos cuenta que ya los dieciséis olodús en la Tierra, era hora ya de nombrar un jefe entre ellos. Ejiogbe no fue el primer olodú que vino a la Tierra, muchos otros llegaron primero.​
Antes que él, Oyekún Meji, el rey de la noche, había reclamado la antigüedad, el grupo recurrió a Obatala, para que nombrara al rey de los olodús. Obatalá los invitó a todos y les dio una rata del bosque para que compartieran entre sí, Oyekun Meji cogió una pata, Iwori Meji cogió la segunda, Idí Meji la tercera y Obara Meji la cuarta, las demás partes fueron distribuidas en orden de antigüedad convencional. Ejiogbe por ser muy joven recibió la cabeza. ( En Cuba, por sustitución, se utiliza en los sacrificios a la jutia, una especie endémica).​
En orden de secuencia Obatalá les dio posteriormente un pescado, una gallina, una paloma, una guinea y por último, un chivo, todos fueron compartidos de acuerdo con el orden establecido con la rata del bosque. En cada caso, Ejiogbe recibió la cabeza de todos los animales sacrificados.​
Finalmente, Obatalá les dijo que regresaran después de tres días para comunicarles su decisión. Ejiogbe se consultó de regreso a su casa e Ifá le dijo que ofrendara un macho cabrío a Esu. Después de comerse su macho cabrío, Esu le dijo que en el día señalado él debía asar un ñame y echarlo en su bolso junto con un calabacín lleno de agua, Esu también le dijo que llegara tarde a la reunión de los olodús en el palacio de Obatalá. El día señalado, los olodús vinieron a buscarlo para ir a la reunión, pero él les dijo que asaba un ñame al fuego para comer antes de partir.​
Al irse ellos, Ejiogbe sacó el ñame, lo peló y lo guardó en su bolso junto con el agua. Rumbo a la reunión se encontró con una anciana, exactamente, como le había pronosticado Esu y, en consecuencia con lo que le había aconsejado, liberó a la anciana de la carga de leña que llevaba, ya que estaba tan cansada que apenas podía caminar.​
Después de agradecerle su ayuda, la anciana se quejó de sentir apetito, Ejiogbe sacó de inmediato el ñame de la bolsa y se lo brindó, después de comérselo, ella le pidió agua y él le dio la que tenía en el bolso. Cuando la anciana terminó, Eyjiogbe recogió la leña y emprendió el camino con ella a su lado sin saber que se trataba de la madre de Obatalá.​
La anciana al verlo apurado, le preguntó hacia dónde iba con tanta prisa, y él le respondió que ya estaba retrasado para ir a la reunión en la que Obatalá iba a nombrar al rey de los olodús. Agregó que se había tomado su tiempo, no obstante, porque sabía que era demasiado joven para aspirar a ser rey de los dieciséis discípulos de Orúnmila.​
Al responder, la mujer le aseguró que él sería declarado rey de los olodús. Cuando llegaron a la casa, la anciana le dijo que dejara la leña en el fondo. Fue entonces que Ejiogbe reconoció la casa de Obatalá y comprendió que la mujer que había ayudado era, nada más y nada menos, la propia madre de este. Con ello, exhaló un suspiro de alivio. La mujer le pidió que le siguiera al interior de la casa. Allí sacó dos pedazos de tela blanca y ató uno al hombro derecho y otro al hombro izquierdo de Ejiogbe.​
Después le insertó una pluma roja de cotorra en la cabeza y le puso una tiza blanca en la mano derecha, acto seguido, le mostró las mil cuatrocientas sesenta piedras, dispuestas delante de la casa de Obatalá, y le dijo que se parara sobre la piedra blanca en el centro. Con sus nuevas prendas, Ejiogbe se paró sobre la piedra mientras los demás aguardaban en la antesala de Obatalá. Transcurrió un tiempo, cuando Obatalá le preguntó a los demás a quién esperaban y todos respondieron que esperaban a Ejiogbe, Obatalá les preguntó el nombre del hombre que se encontraba parado afuera. Ellos no reconocieron a Ejiogbe, Obatalá les dijo que fueran a rendirle tributo, uno tras otro, y a tocar el suelo con su cabeza a los pies de Ejiogbe. A partir de entonces, Obatalá proclamó oficialmente a Ejiogbe rey de los olodús de Orúnmila.​
Casi al unísono, todos los demás olodús refunfuñaron disgustados y no ocultaron su descontento con el nombramiento de un olodú joven como el jefe de ellos, entonces Obatalá les preguntó cómo habían compartido los animales que les había dado durante los días del período de prueba. Ellos le explicaron y Obatalá les preguntó quién había recibido la cabeza de cada uno de los animales y confirmaron que en cada caso, se la habían dado a Ejiogbe. Obatalá les explicó que fueron ellos quienes nombraron de manera inconsciente rey a Ejiogbe, ya que cuando la cabeza está fuera del cuerpo el resto no tiene vida, dicho esto, se marcharon, pero al salir de la casa de Obatalá, todos decidieron mantener a Ejiogbe a una distancia prudencial, también decidieron no reconocerlo, ni servirle, ni visitarlo. Antes de dispersarse, Ejiogbe compuso un Ese especial para neutralizar todas las maquinaciones malévolas en contra suya; el Ese en cuestión es el siguiente:

Oya ni ki owo won yaa​
Owuwu oni koo wo won deenu​
Ikpe akiko kiiga akika​
Ikpe orire I gun orire deenu​
Etuu kii olo tu won ni mo​
Inu lo otin ire efo ebire waa​
Con este Ese especial, Ejiogbe utilizó hojas apropiadas de Ifá

Después de este incidente, los olodús le dijeron que para ellos aceptarlo como rey tendría que hacerles una fiesta con: doscientas güiras de puré de ñame, doscientas ollas de sopa preparadas con diferentes tipos de carnes, doscientos güiros de vino, doscientas cestas de semillas de cola...... Y le dieron siete días para organizar la fiesta.​
A simple vista huelga decir que parecía una tarea imposible porque ellos sabían que Ejiogbe no tenía con qué costear una fiesta de tal magnitud. Este se sentó a lamentar su desgracia y la perspectiva de seguir siendo un pastor sin ovejas.​
A la sazón, Esu vino a preguntarle el porqué de su melancolía, y Ejiogbe le explicó que no tenía dinero para costear la fastuosa fiesta que los olodús le habían pedido para subordinarse a él. Esu le respondió que el problema se podía resolver si le ofrendaba otro macho cabrío. Ejiogbe no perdió tiempo en hacerle la ofrenda a Esu, después de comerse el macho cabrío, Esu le dijo que preparara sólo un plato de cada alimento y que colocara en fila ciento noventa y nueve recipientes adicionales vacíos -uno para cada uno- en el cuarto donde se celebraría la fiesta el día señalado.​
Eyjiogbe hizo lo que dijo Esu, mientras tanto, los olodús se burlaban de él porque sabían que no había forma de que Ejiogbe pudiera costear dicha fiesta. Al séptimo día, los olodús fueron uno por uno a visitarlo para preguntarle por la fiesta. Como no escucharon los ruidos del mortero desde la cocina pensaron que no había fiesta. Mientras, los recipientes vacíos se encontraban en fila, Esu fue al cuarto de la fiesta y le ordenó al único plato de cada alimento multiplicarse y llenar todos los recipientes vacíos. Instantáneamente todas las güiras, las ollas, las cestas ......., se llenaron de comida recién elaborada y la fiesta estuvo lista.​
Cuando Oyekú Meji llegó a la fiesta, se asombró de ver todo lo que estaba listo. Sin esperar la invitación formal se sentó a comer. Los siguientes:​
Iwori Meji, Idí Meji, Obara Meji, Okonrón Meji, Irosun Meji, Owanrin Meji, Ogundá Meji, Osá Meji, Eturá Meji, Irete Meji, Eká Meji, Eturukpón Meji, Osé Meji y Ofún Meji, antes de darse cuenta de lo sucedido, habían comido y bebido a su antojo.

Después de la fiesta, todos cargaron a Ejiogbe y lo elevaron sobre sus cabezas mientras bailaban en una procesión y cantaban sus distintos rezos según para que se inmolaba​
Ay un concepto equivocado sobre sacrificio y inmolación el sacrificio seria como el daño que se causa a un animal sin ningún fin solo puede sacrificarse para comer ,por deporte, o por maldad y dentro del africanismo este no entraría sino que inmolamos al animal con un fin religioso espiritual intercambiando la vida de ese animal sacando de ella lo espiritual y brindándoselo al que recibe esa bendición desde el mas allá 

Leyenda

Bara, a sabiendas de que la reina había sido abandonada por su marido, la buscó, le entregó el cuchillo y le ordenó que afeitarse un mechón de la barba del rey, diciendo: "Tráeme los bigotes que voy a hacer un amuleto que traerá su verdadero marido de vuelta ".​
Pero Bara también buscó el hijo del rey, y le dijo al príncipe que el rey se irá a una guerra y llamó a su aparición en la noche, el palacio acompañado de sus guerreros.​
Por último, Bara era el rey y le dijo: "La Reina, herido por su frialdad, lo quieren matar por venganza. Ver esta noche. "​
Y llegó la noche. El rey se acostó y fingió dormir y vi, poco después de la reina se acerca un cuchillo en la garganta. Ella siguió las instrucciones de Bara, y sólo quería uno de los bordes de la barba del rey, pero él cree que la mujer quiere tanto a su muerte y luchó.​
El príncipe llegó al palacio con sus guerreros, escuchó los gritos y corrió a la habitación de los padres.​
Al llegar y ver al rey con el cuchillo, pensó que quería matar a su madre.​
Por su parte, el rey a ver a su hijo ir con sus guerreros, que se cree que querían matarlo. -Gritó para pedir ayuda. La guardia se acercó y se produjo una gran pelea.


Leyenda

Oxalufã y Bara​
Oxalufã Oxaguiã vivido en su reino, ya que era muy viejo y cerca de su final decidió visitar a su otro hijo, Shango.​
Como de costumbre, antes de viajar Oxalufã consultado con el babalawo, quien le aconsejó en contra del viaje, diciendo que las vidas estaban en peligro. Oxalufã no se arredró y quería una solución, ya sea por donación o procedimiento.​
El babalawo, hacían ofrendas y recomendó que el viaje no podía negar el servicio a nadie, y menos del todo el camino y nunca se queja.​
En el camino Oxalufã reunió tres veces en sucesión barón que le pidió que le ayudara a llevar la cabeza en un barril de petróleo a cambio de palma, una carga de carbón y otros aceite de almendras, tres veces Bará vierte el contenido sobre la vieja. Pero Oxalufã, sin quejarse, él siguió caminando.​
Penetrar en el reino de Shango finalmente vio su caballo, que había huido, y lo capturaron para su devolución al propietario, Shango. Pero el pensamiento servidores Oxalufã era un ladrón, a juzgar por la apariencia (sucio para la palma de aceite, carbón y petróleo) cayeron sobre él, rompió los brazos y las piernas con palos, finalmente le lanzando en la cárcel.​
Quedaban siete años. Shango reino se convirtió en un caos. Las mujeres se han convertido en estériles, los cultivos marchitos. Xango buscar triste y abatido ayuda de un babalawo consulta, y esto puso de manifiesto que todas las desgracias provenían del hecho de que una persona inocente que sufre injustamente en la cárcel.​
Xango ordenaron a los prisioneros ante él, el reconocimiento de su padre.​
Vestido con esclavos blancos, sin hablar de la tristeza y ordenó el lavado Oxalufã una fuente cercana.​
¿Cómo se había roto las piernas y las manos Oxalufã se lavó, se cambió de ropa, fragante y llevado de vuelta al reino y gran banquete fue servido por el regreso del padre


Leyenda

"Eshú es el principio reparador del Sistema Nagó. Es el controlador rígido de todos los sacrificios. Inspector general, según Idowu (1962); "oficial de policía imparcial", según Abimbola (1969:393) que dice: "la acción de Esjhú es la de castigar a los contraventores, particularmente aquellos que dejaron de hacer, por negligencia, el sacrificio prescripto."

Eshú Yangí, según la historia delega la deuda: lo que fue introspectado por él será restituido a través de los ebós efectuados por todos los elementos procreados. La restitución es trasladada, es transferida a otro objeto o a otro ser con el cual el ofertante se identifica. Ese mecanismo, que consiste en transferir a otro la restitución del ashé absorbido, es fundamental para la comprensión de los rituales de ofrendas y de la dinámica del sistema. La restitución transferida - la ofrenda- es que permite mantener la integridad de cada individuo; controlada por Eshú Elebo, permite al Eshú acompañante ejercer su función de principio dinámico, desarrollar y expandir la existencia de cada individuo".

Leyenda

Exú es el más sutil y el más astuto de todos los Orishas.​
Él se aprovecha de sus cualidades para provocar malentendidos y discusiones entre las personas o para prepararles trampas.​
Puede hacer cosas extraordinarias como, por ejemplo, cargar, en un colador, el aceite que compró en el mercado, ¡sin que este aceite se derrame de ese extraño recipiente!​
Exú pudo haber matado un pájaro ayer, ¡con una piedra que tiró hoy!​
Si se enoja, zapatea una piedra, en el bosque, ¡y esta piedra se pone a sangrar!​
Su cabeza es puntiaguda y afilada como la hoja de un cuchillo.​
No puede transportar nada sobre ella.​
Exú puede ser también muy malvado, si las personas se olvidan de homenajearlo.​
Es necesario, por eso, hacer siempre ofrendas a Exú antes que a cualquier otro Orisha.​
El lunes es el día que le es consagrado.​
Es bueno hacerle ofrendas en ese día, de farofa, aceite de dende, caña y un gallo negro.

Una vez dos amigos de la infancia que jamás discutían, se olvidaron, el lunes, de hacerle las ofrendas debidas.​
Se fueron al campo a trabajar, cada uno en su chacra.​
Las tierras eran vecinas, separadas apenas por un estrecho cantero.​
Exú, enojado por la negligencia de los dos amigos, decidió prepararles un golpe a su manera.​
Se puso en la cabeza un birrete puntiagudo que era blanco del lado derecho y rojo del lado izquierdo.​
Siguió, después, la línea del cantero, llegando a la altura de los dos trabajadores amigos y, muy educadamente, los saludó:​
“¡Buen trabajo, amigos míos!”​
Estos, gentilmente, le respondieron:​
“¡Buen paseo, noble extranjero!”​
Ni bien el Exú se alejó, el hombre que trabajaba en el campo a la derecha, le dijo a su compañero:​
“¿Quién será este personaje de gorro blanco?”​
“Su sombrero era rojo,” respondió el hombre del campo a la izquierda.​
“No, era blanco, de un blanco de alabastro, ¡el blanco más bello que existe!”​
“Era rojo, ¿o pensás que soy ciego?”​
Cada uno de los amigos tenía razón y estaba furioso de la desconfianza del otro.​
Irritados, se empezaron a pelear hasta matarse a golpes de azada.​
¡Exú fue vengado!

Esto no habría ocurrido, si las ofrendas a Exú no hubiesen sido olvidadas.​
Pues Exú puede ser el más benevolente de los Orishas si es tratado con consideración y generosidad.​

 

Hay una manera hábil de obtener un favor de Exú.​
Es preparándole un golpe más astuto del que él mismo prepara.

Cuentan que Aluman estaba desesperado por una gran sequía.​
Sus campos estaban áridos, la lluvia no caía.​
Las ranas lloraban de tanta sed y los ríos estaban cubiertos de hojas muertas, caídas de los árboles.​
Ningún Orisha invocado escuchó sus quejas y sus gemidos.

Aluman decidió, entonces, ofrecer a Exu grandes pedazos de carne de chivo.​
Exú comió con apetito esta excelente ofrenda.​
Sólo que Aluman había condimentado la carne con una salsa con mucha pimienta.​
Exú tuvo sed.​
¡Una sed tan grande que toda el agua de todas las jarras que tenía en su casa y que tenían, en sus casas, los vecinos, no fue suficiente para calmar su sed!​
Exú fue a la canilla de la lluvia y la abrió sin lástima.​
La lluvia cayó.​
Y cayó de día, cayó de noche.​
Cayó al día siguiente y el día después, sin parar.

Alupo pai Bara!!!

Ogum

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